Un estúpido día
Hoy me levanté muy temprano, en un día al que no quería acudir. Desayuné sin ánimos, bebí café sin sabor, tomé agua que sabía amarga y oí pájaros que trinaban sin ritmo. Ví a mi alrededor y no había nada ni nadie, me vestí con ropa sucia y los zapatos más cómodos que tengo, me coloqué los audífonos y salí a correr, corrí y corrí, ya no tenía fuerzas pero seguí corriendo, pasé por un parque donde sólo habían perros, una panadería sin pan y ancianos que me miraban las nalgas y se excitaban sólo de mirar, seguí corriendo por bastante tiempo más, seguí viviendo éste día sin sentido. Corrí de vuelta a la casa, no había nadie ni nada, estaba sola con mil cosas por hacer, no quería hacer nada, ni comer, ni beber, ni respirar, ni ser. Las horas pasaron tan lento, las horas me torturaron en este día tan absurdo, lavé ropa, cociné, lavaba los platos e imaginaba Miles de historias para escribir, nada de lo que imaginé pude recordar, ningún personaje, ningún paisaje, ningún pensamiento, seguí